Libertad de expresión ¿en la empresa?

En una reconocida universidad latinoamericana, un profesor de la Facultad de Economía definió a sus alumnos el concepto de libertad de expresión. Sin embargo, antes de hacerlo, indagó entre los presentes, para conocer sus propios conceptos. Cada alumno que así lo quiso, definió en sus propias palabras lo que consideraba que significaba. Cada respuesta se escuchó con detenimiento.

El profesor, indicó que la libertad de expresión consiste en el derecho que tienen los individuos a manifestar su opinión, pensamiento y sentir respecto a un tema determinado. Los alumnos estuvieron de acuerdo en que, esa definición recogía en esencia, lo que todos pensaban que era la libertad de expresión. ¿Es este todo el concepto? ¿No falta nada más?

Libertad de expresión ampliada

Unos momentos después, el profesor agregó algo más al concepto inicial. No basta con ser libre de decir lo que se piensa. La verdadera libertad para expresarse, implica que después de manifestar su opinión, el individuo goce todavía de los mismos derechos de los que disfrutaba antes de decir lo que pensaba. Ante esa revelación el salón lleno de futuros gerentes, quedó en silencio.

¿Con cuánta frecuencia al gestionar el poder dentro de las empresas, se aísla a quienes expresan puntos de vista divergentes? En realidad, más a menudo de lo que se cree. Los directores ejecutivos tienen la responsabilidad de guiar el curso empresarial de modo que se incremente el valor de la empresa en general. En ese trayecto lo normal es que sitúen en posiciones clave, a aquellas personas que han demostrado por sus méritos, que están capacitadas. Sin embargo, un factor importante a la hora de considerar a alguien para un puesto de influencia, es la alineación con el criterio de la directiva.

Es coherente que, en aras de alcanzar los objetivos macro en tu organización, sea necesario que los líderes sigan una línea conjunta de pensamiento en cuanto al enfoque de la gestión. Sin embargo, esa uniformidad pierde su propósito, cuando no se aceptan las voces que identifican fallas en la implementación del Plan Operativo. Es más grave aún, cuando quienes expresan sus opiniones son discriminados, bien sea abierta o tácitamente.

Implicaciones empresariales

Para que la libertad de expresión exista en el ambiente laboral, es preciso que tus colaboradores internos sientan seguridad al compartir sus puntos de vista. Sin que se les inhiba, segregue o descalifique, luego de haber expresado su opinión.

En numerosas ocasiones el temor a ser discriminado por expresar un punto de vista que contravenga el criterio de la “línea de poder” lleva a la omisión de información clave en los reportes. Esto a la larga, genera pérdidas monetarias acumuladas y aumenta la tensión interna.

Se ahorran miles de horas-hombre y millones de dólares, cuando existen espacios de convergencia y canales de comunicación. Espacios donde los colaboradores internos puedan comunicar a los directivos, respecto a aquellos aspectos en los que se podría mejorar. Incluso cuando se trate de observaciones puntuales respecto al estilo de gestión.

Las empresas que incorporan en su cultura organizacional la comunicación horizontal y abierta mediante reuniones periódicas y normalizan la expresión del disentimiento constructivo, son más productivas, ágiles y utilizan mejor los recursos que aquellas que no lo hacen.

Responsabilidad y libertad de expresión en la empresa

Durante la misma clase universitaria del inicio, nuestro profesor delimitó una última condición para que existiese libertad de expresión genuina: la responsabilidad por lo expresado.

Si bien todos debemos gozar del derecho a opinar lo que consideremos válido, esa manifestación de criterio conlleva que asumamos plena responsabilidad por lo expresado. No es coherente que, en virtud del derecho de libertad de expresión, se vulneren los derechos de la empresa o los de las otras personas.

Ese es el seguro moral (condicionado desde luego por consecuencias administrativas y penales), que pone límite a una expresión desenfrenada del propio criterio. Evitando la difusión de aseveraciones difamatorias que perjudiquen la organización.

¿Cómo fomentar la sana libertad de expresión en la organización?

Foto de Fox en Pexels

Existen distintas formas de generar escenarios de libre expresión responsable dentro de la empresa, acá te compartimos algunas medidas que puedes aplicar en tu organización:

  • “Suscribe un firme compromiso a nivel directivo. Cuando el personal directivo asume la responsabilidad con respecto a las cuestiones de igualdad y demuestra un compromiso con la diversidad [incluyendo la diversidad de criterio], envía una señal clara a otros administradores, supervisores y trabajadores”1

  • Aplica periódicamente evaluaciones que permitan identificar si está ocurriendo discriminación dentro de tu empresa.

  • “Implanta una política de empresa que establezca procedimientos claros sobre la no discriminación y la igualdad de oportunidades, y comunicarla tanto a nivel interno como externo”2

  • “Imparte formación a todos los niveles de la organización, en particular a aquéllos que participan en la contratación y la selección, así como a los supervisores y administradores, con miras a sensibilizar y alentar a las personas a tomar medidas contra la discriminación”3

  • “Tramita las quejas y las apelaciones, y proporciona recursos a los trabajadores en caso de identificarse discriminación”4

Estas acciones recomendadas proceden de la Organización Internacional del Trabajo puedes usarlas como un marco de guía referencial que sirva para delinear la ruta hacia la implementación de una cultura organizacional que incentive la participación de sus integrantes sin sesgos inhibitorios de la expresión del criterio propio.

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