El trabajo híbrido o semipresencial, ha sido adoptado por miles de empresas. Aunque era evidente que las tendencias apuntaban a su ocurrencia, fue la emergencia sanitaria del COVID-19 la que aceleró su implementación. De acuerdo con estudios de la firma estadounidense Cisco Systems el 98% de las reuniones se hará con participantes en forma remota mediante plataformas virtuales.
El 64% ha acelerado la implementación de servicios a través de la nube. De hecho, el 58% de las personas están usando actualmente tecnologías que se encontraban disponibles antes de la pandemia pero que por distintas razones rechazaron o ignoraron con anterioridad. Y un 58% de los encuestados manifestó que trabajará desde casa al menos 8 días al mes.
Retos y beneficios del trabajo híbrido
Esta realidad ha traído numerosos beneficios en cuanto a la productividad, al manejo de la vida personal y en especial ha aportado en lo referente a la reconsideración de los costos operativos asociados a lugares físicos de trabajo. El 90% de los directivos incrementó su hincapié en el bienestar de los trabajadores haciendo esfuerzos considerables para equilibrar la vida personal y la laboral.
Sin embargo, no está exenta de desafíos pronunciados. No todos dominan las plataformas de reuniones online. Muchos tienen dificultades para gestionar proyectos mediante las aplicaciones móviles o web.
Por otra parte, la cohesión de los equipos que se vivió antes de marzo 2020, se ha ido diluyendo. Especialmente a medida que han renunciado colaboradores experimentados y han llegado otros que nunca han interactuado en persona con sus compañeros de trabajo.
La creatividad grupal no ha sido la misma a través de Zoom, Google Meet y demás plataformas de videoconferencias. La creatividad individual tampoco se ha visto beneficiada. De hecho, estudios indican que el trayecto de la casa al trabajo y viceversa, contribuía a generar espacios de creatividad únicos que han disminuido.
Nuevas realidades del trabajo híbrido

Es preciso que como gerente tengas presente que el esquema directivo pre-pandémico ha finalizado. No en todos los aspectos, pero sí en áreas clave. Mientras mejor comprendas aquello que ha cambiado, más pronto podrás articular nuevos cursos de acción para seguir teniendo éxito. Queremos mencionarte algunos aspectos clave.
Los colaboradores han cambiado sus prioridades
Un estudio reciente llevado a cabo por el gigante tecnológico Microsoft, reveló que 47 de cada 100 trabajadores prefiere anteponer su vida personal al trabajo. Aunado a esto, un promedio de 53% es más propenso a priorizar su salud y bienestar. Incluso si ello implica decidir entre el trabajo y esto último.
En lo que respecta a la generación de Millenials y la Generación Z, tienen parámetros claros respecto a lo que desean de un nuevo trabajo. El 46% respondió que desea una buena cultura organizacional. El 42% manifestó que prioriza elementos relacionados al bienestar y un 40% expresó que se siente atraído por empresas que tienen causas y propósitos definidos.
Adaptarte a estas nuevas expectativas como gerente, no solo será beneficioso para los colaboradores. También puede constituirse en una ventaja competitiva para captar personal altamente calificado y motivado frente a otras empresas.
La flexibilidad en el horario no implica estar siempre disponible
El 51% de los encuestados que actualmente se encuentran en un trabajo híbrido manifestó que espera poder migrar a una modalidad 100% remota en el 2023. Sin embargo, existe una línea delgada entre trabajar desde casa o a distancia y estar siempre disponible para asuntos laborales. Las estadísticas de los informes anónimos de Microsoft reflejan que existe un aumento del 28% en las plataformas fuera del horario laboral.
La tendencia también es evidente los fines de semana, con un incremento del 14%. El tiempo en las reuniones ha sido la variable que más a crecido, con un incremento del 252% y un aumento del 32% de mensajes enviados.
¿Qué puedes hacer al respecto?

Es importante que como gerente articules políticas que establezcan límites claros respecto a la vida privada sin sacrificar productividad. Puedes lograrlo dividiendo los asuntos importantes en bloques. De esa manera podrás coordinar llamadas específicas para dar instrucciones y recibir feedback en temas puntuales, en lugar de hacer reuniones demasiado extensas que de todas formas implicarán más tiempo para supervisar.
Fomenta la desconexión periódica en tus colaboradores. Los descansos entre bloques de trabajo son necesarios incluso bajo la modalidad remota o híbrida. Incluso durante las horas de almuerzo, la diminución de las llamadas o las reuniones, tiene el potencial de acrecentar la sensación de bienestar y equilibrio entre la vida laboral y la individual.
Procura que se establezcan horarios de “off line” que todas las partes respeten convenidamente. Aunque es cierto que desde la distancia todos tienen ritmos de trabajo y horarios distintos. Existen horas socialmente estandarizadas en las que la actividad laboral puede ser inapropiada, como la hora de almuerzo y las horas destinadas al sueño durante la noche.
A medida que las decisiones participativas moldeen las adaptaciones a la modalidad de trabajo híbrido, todos serán testigos del modo en que evolucionan las dinámicas internas de la organización y se cohesionan los equipos sin la necesidad de la presencialidad física.